La digestión sigues ocurriendo cuando la “comida” (Si en este punto de digestión aún podría llamarse así) llega al intestino delgado. De hecho, una gran parte de la descomposición de los carbohidratos complejos (maltosa, isomaltosa, trisacáridos, oligosacáridos más grandes, entre otros) debe descomponerse en monosacáridos (azúcares simples). Es aquí donde radica el aspecto crítico del desarrollo muscular: la absorción de nutrientes.
La mayor parte de la absorción de nutrientes ocurre en el intestino delgado y luego los dirige al sistema circulatorio para el transporte a todas las partes del cuerpo, la sangre es responsable de transportar azúcares simples (monosacáridos como la glucosa), aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas), glicerol y ciertas vitaminas y sales al hígado. El hígado almacena o procesa y entrega los nutrientes necesarios donde se necesitan.
Uno de los componentes más importantes de la absorción de nutrientes es la conocida hormona anabólica del cuerpo, llamada insulina; cuando la glucosa ingresa a la sangre, estimula la liberación de insulina, el nutriente principal que circula en el cuerpo. La insulina recoge los nutrientes de la sangre y los lleva a las células, en particular a las células musculares, también tiene la tarea de transportar aminoácidos y ácidos grasos a las células. Al entrar en la célula, la glucosa se convierte en glucógeno (la forma de energía almacenada que utilizan los músculos para el ejercicio de alta intensidad), mientras que los aminoácidos se ponen a trabajar reparando el tejido muscular dañado y construyendo nuevo tejido muscular.